El Secretario de Salud, Norberto Treviño García Manzo, se pronunció a favor de sensibilizar a la población, fortalecer la educación y los valores en el seno familiar para crear condiciones que permitan a las niñas y mujeres de Tamaulipas acceder a una vida libre de violencia, por ser una conducta inaceptable que lastima a toda la sociedad.

“La prevención en este lamentable tema debe darle a la mujer el valor que tiene, solucionar conflictos sin violencia, ayudar a expresar los sentimientos, promover y poco a poco construir, una identidad masculina no basada en el poder y la violencia”, señaló Norberto Treviño García Manzo.

En el marco de las actividades conmemorativas del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas, que se lleva a cabo cada 25 de noviembre, Treviño García Manzo destacó que el Gobierno de Egidio Torre Cantú mantiene programas para la atención de este problema en los 300 centros de salud del Estado.

Reveló que a través de un cuestionario confidencial que puede aplicar la enfermera o el médico, se pueden identificar y dar atención inmediata e integral a los casos de mujeres que sufren algún tipo de violencia como maltratos emocionales, sociales, ambientales, económicos, físicos, sexuales o violencia psicológica que es la más frecuente. Durante los últimos cinco años, el sistema estatal de salud ha otorgado atención especializada y gratuita a 63 mil 893 mujeres.

Para erradicar este problema, insistió en la importancia de actuar en la familia, en la escuela y en la sociedad, ya que desde la niñez, las personas se ven influenciadas por mensajes que forman parte de su vida cotidiana, modelan sus rasgos de personalidad y definen sus pautas de comportamiento al ser adultas.

“Por eso hay que prevenir; el niño repetirá lo que ve, lo que oye, lo que vive”, advirtió el Secretario de Salud.

Y es que de acuerdo a la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones de los Hogares 2003, el 35.4 por ciento de las mujeres entrevistadas de 15 años y más que viven con su pareja, ha padecido violencia emocional; 27.3 por ciento violencia económica, 9.3 por ciento violencia física y 7.8 por ciento violencia sexual.

El estudio revela además que las mujeres de las ciudades tienen un riesgo ligeramente mayor de sufrir violencia emocional y económica, en comparación con las zonas rurales; que las mujeres sin instrucción tienen un riesgo cuatro veces menor de sufrir algún tipo de violencia, que aquellas con estudios y las mujeres en la actividad económica tienen un riesgo mayor (15 por ciento) de padecer algún tipo de violencia respecto de quienes sólo trabajan en el hogar.

Añadió que la violencia contra la mujer no sólo se debe a posibles desequilibrios mentales del agresor; también existen factores psicológicos de la víctima y factores sociales, y en general, la mujer maltratada tiene un perfil concreto., la agresión se vuelve casi ‘normal’, pero la conduce a depresión, culpa, sumisión, rencor, baja de su autoestima, disfunciones sexuales, y puede llegar al suicidio.

Entre los hombres agresivos existen diversas tipologías: narcisistas, obsesivos, o antisociales, por ello y para evitar el desarrollo de estos estereotipos, que están en sintonía con conductas violentas, es necesario que la sociedad construya un nuevo concepto de masculinidad, ajeno a fuerza y agresividad.