(Agencias)

El presidente norteamericano Barack Obama piensa que Rusia «debería pagar un precio» por su anexión de Crimea, al menos en términos de aislamientos diplomático. A su llegada a Holanda, donde participa en una cumbre mundial sobre seguridad nuclear, Obama también ha dicho que Estados Unidos y la Unión Europea comparten esta idea y están «unidos» en esta posición.

A la reunión de La Haya no viene el presidente ruso, Vladimir Putin y Rusia está representada por el ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, que tiene previsto reunirse con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, esencialmente para mantener abiertos los puentes de diálogo. Sin embargo, Obama se prepara para lanzar esta tarde el mayor desaire diplomático contra Rusia, en la reunión del grupo de los siete países más industrializados del mundo (G7) prevista al margen de la cumbre sobre seguridad nuclear para decidir el boicot de la cumbre del G8 (G7+Rusia) que debía presidir Putin en Sochi el próximo mes de junio.

La idea que comparten tanto el presidente norteamericano como los dirigentes europeos es tratar de evitar que Putin se atreva a seguir avanzando a través de territorio ucraniano en las zonas de presencia mayoritaria de habitantes de lengua y cultura rusas, que se quedaron tras las nuevas fronteras después de la desaparición de la Unión Soviética. Algunos países como Gran Bretaña han pedido incluso que Rusia sea expulsada del G8, y que el selecto club de potencias económicas mundiales vuelva a su dimensión original.

O.D.