México.- La migración entre México y Estados Unidos está en una nueva era con la circulación de migrantes legales con visas permanentes y temporales. Al mismo tiempo, 11 millones de indocumentados están “atrapados” y enfrentan un número mayor de aprehensiones y deportaciones cada año.

Al legalizarlos, podrían trabajar sin restricciones y volver a sus países. Es la mejor medida para resolver esta tragedia de derechos humanos y la única política práctica, humana y razonable para el futuro de EU, sostuvo en la UNAM Douglas S. Massey, de la Universidad de Princeton.

El fundador y coordinador del Mexican Migration Project, uno de los más importantes en el campo, destacó que 11 millones de indocumentados están atrapados, la mayoría con más de una década de residencia constante, con raíces, empleos, hogares e hijos nacidos en EU.

«Tres millones llegaron a suelo estadounidense de niños y crecieron en la Unión Americana. Hablan inglés, son graduados de las preparatorias de esa nación y no tienen rutas para avanzar con el cargo de ilegalidad en sus hombros»advirtió en la charla Pasado y futuro de la migración indocumentada en México, como parte de los trabajos del Seminario de Estudios Migratorios de la UNAM.

En este marco, Estela Morales Campos, coordinadora de Humanidades de esta casa de estudios, refirió que se trata de un asunto nodal en la agenda nacional y un tema analizado en la Universidad y otros centros de investigación e instituciones de educación superior del país.

Ahí, el académico estadounidense rememoró que, en 1965, el Congreso de la Unión Americana limitó la migración permanente a 20 mil visas al año por nación. Asimismo, concluyó el Programa Bracero, que permitía la estancia temporal de 450 mil trabajadores mexicanos cada 12 meses.

Hasta entonces, medio millón de connacionales ingresaron al vecino país del norte para residir o sumarse a la fuerza laboral. La demanda de entrada no disminuyó por las medidas referidas y el acceso antes legal fue reemplazado por flujos de indocumentados, expuso.

Massey, autor de Retorno a Aztlán: el proceso social de la migración internacional del occidente de México, subrayó que al crecer las cifras de quienes no tienen papeles, empresarios, políticos y grandes diarios denostaron a los connacionales como una “amenaza” o “invasión”.

«Se calcula que 60 de cada 100 migrantes mexicanos no tienen documentos, lo que refleja una problemática que requiere soluciones urgentes. Estamos frente a una transición gradual hacia una nueva política en la materia por las modificaciones en la estructura demográfica, en la que los latinos ganan terreno», finalizó.

vmp