Una mala higiene bucal puede provocar que tu aliento no sea agradable, ¿qué puedes hacer para evitar que la halitosis se desarrolle? ¡Descúbrelo!

El mal aliento, también conocido como halitosis, no sólo es un problema con implicaciones sociales, sino también una cuestión de salud.

El cepillado de los dientes y la limpieza con hilo dental son fundamentales para combatir a las bacterias que, en la versión crónica del mal aliento, se alojan en la boca del 25% de la población. Y se piensa que la mitad de las personas del mundo sufren de halitosis en algún momento de su vida.

Más allá de la higiene

El problema es que no sólo las bacterias pueden provocar que una persona despida un olor desagradable de su boca, también algunas enfermedades como el cáncer de pulmón, la gastritis crónica, la diabetes, el reflujo, la anorexia, alguna falla hepática o, en el menor de los casos, algún tipo de dieta (hay que evitar el café, el alcohol y, aunque no se come, también el tabaco).

Higiene total, cero halitosis

Por ello, es importante realizar un adecuado lavado de los dientes y  el resto de la boca, para eliminar por completo las bacterias y los restos de comida que pudieran quedar por ahí. Si se limpia todo perfectamente, la mala higiene puede quedar descartada como causa del mal aliento para, entonces, determinar la verdadera causa.

Además de limpiar bien la boca, es importante acudir al menos una vez cada seis meses al dentista para eliminar caries, quitar el sarro y evitar enfermedades, con el fin de mantener un aliento fresco la mayor parte del tiempo. Si aún así persistiera el problema, habrá que acudir con algunos otros especialistas para determinar el origen del problema.