La falta de una buena memoria no es algo que debamos pensar ligado a la vejez o a la reducción intelectual que el transcurrir de los años suele traer consigo, porque el estrés diario de hoy, una vida demasiado llena de exigencias, y algunas condiciones de salud pueden afectar nuestra capacidad de concentración y nuestra por decirlo así, mala memoria.

Cuando nos encontramos padeciendo de una mala calidad de memoria, que ya nos hace olvidar pequeñas cosas, sentir que no podemos mantener suficiente atención en lo que nos apremia ocuparnos o que también podamos enfrentar una menor calidad de nuestro rendimiento intelectual es hora de aprovechar algunas condiciones que nos permitirán mejorar la memoria.

Lograr concentración es importante, y eso exige un ambiente adecuado para realizar esas actividades intelectuales en las que debemos concentrarnos, alejando de ella las distracciones así como también es parte importante de la concentración tener disciplina, si debemos concentrarnos en algo y queremos recordarlo después lo mejor es que nos organicemos y nos concentremos en una cosa a la vez.

Hay que tomar ventaja de todo lo que se pueda para ayudar a nuestra memoria, una de ellas es llevar una agenda con pequeñas notas de lo que haremos en determinado tiempo, ese fácil y pequeño control de nuestras cosas simplifica la búsqueda de una memoria eficiente.

Cuando estamos intentando almacenar en nuestra mente datos o situaciones que debemos recordar, es importante hacer pausas para procesar la información, porque nuestra mente como una máquina perfecta funciona en dicha manera, cuando piensas procesas imágenes y datos y eso hace que luego sea más fácil recordar. Sobretodo no hay que imponerse tareas excesivas a la memoria, si hay que recordar mucho memorizar a intervalos o hacer pequeñas notas es mejor que sofocarte y estresarte intentando guardar en tu mente tantos datos que por el mismo estrés no recordarás.