Varsovia.- Un grupo de sacerdotes católicos polacos quemaron varios objetos que consideran contrarios al «respeto a Dios», entre ellos libros de Harry Potter o un paraguas de Hello Kitty, en una acción para combatir la magia y los falsos ídolos, dicen sus autores.

La responsable de esta hoguera es la fundación «SMS desde el Cielo», una organización católica conservadora que presume de servirse de las nuevas tecnologías para llevar a los polacos las enseñanzas cristianas.

La fundación colgó hoy en las redes sociales las fotografías de su acción, que sucedió el fin de semana y en la que se ve cómo varios sacerdotes apilan libros y otros objetos con la ayuda de niños, para trasladarlos al lugar donde se realiza la quema.

La acción ocurrió en Gdansk (norte), y entre las llamas pueden verse varios libros, como el de «Harry Potter y la cámara secreta» o «Fahrenheit 451», talismanes, una máscara de madera africana, la figurita de un elefante de la suerte o un paraguas rosa de Hello Kitty.

«SMS desde el Cielo» explica que la quema se ha hecho en obediencia a Dios, y enumera algunas citas de la Biblia para justificar la hoguera.

«Usar horóscopos, astrología, quiromancia, profecías o presagios son manifestaciones del deseo de controlar el tiempo, la historia y la humanidad y, al mismo tiempo, del deseo de ganar poderes ocultos, por eso se trata de prácticas contrarias a la reverencia y al respeto a Dios», se lee en su cuenta de Facebook.

Las imágenes han sido criticadas por varios internautas, que, por ejemplo, comparan la acción con la quema de libros organizada por las autoridades nazis en la plaza de la Opera de Berlín, en 1933.

La fundación «SMS desde el Cielo» fue creada en 2012 por un grupo de religiosos polacos y, entre sus objetivos, destaca difundir la Palabra de Dios y la doctrina de la Iglesia católica a través de todos los medios que ofrece hoy la tecnología, explica la fundación en su página web.

Uno de los responsables de esta fundación es el sacerdote Rafael Jarosiewicz, quien en 2014 puso en marcha el primer confesionario móvil de Polonia, un medio de transporte de color rojo con una señal parecida a la de las ambulancias y que recorrió ese año las calles polacas para «socorrer almas».

Esta fundación se ubica en el ala conservadora de la Iglesia polaca, aunque desde la jerarquía católica local se ha alabado en varias ocasiones su voluntad de usar las nuevas tecnologías en favor de la difusión del Evangelio.