Mauro Riveros, esposo de Lis Vega, sigue casado con la modelo y entrenadora personal Griselda Soler, por lo cual el fisicoculturista uruguayo está cometiendo el delito de bigamia, es decir, tener dos esposas al mismo tiempo. La argentina se encuentra en México y advirtió que viajó hasta nuestro país sólo para desenmascarar al que sigue siendo su marido, ya que dijo dolida por su abandono, además de afectada por otras acciones de la también pareja de la cubana.

De acuerdo con Soler, Mauro Riveros está acusado en Argentina de abandono del hogar matrimonial, además de abuso de confianza, ya que él vendió los muebles de la casa sin avisarle a su esposa, entre otros engaños, incluida una infidelidad con una argentina radicada en México, en el tiempo en que la pareja llegó al DF debido a que ambos participarían en una competencia de fitness y que los hizo quedarse tres años.

Griselda Soler anunció que la próxima semana convocará a los medios de comunicación para dar a conocer una serie de documentos que, según ella, prueban que Mauro Riveros todavía es su esposo ante la ley.

Asimismo, se prevé que pueda negociar una exclusiva con una revista para poner en evidencia la bigamia de Riveros, además dar a conocer detalles sobre el proceso legal que eventualmente la modelo iniciará ante las autoridades mexicanas.

Lo que resulte del proceso y obtenga de la venta de información a los medios de comunicación, será tomado como una indemnización para resarcir el daño emocional al que fue sometida por el engaño y la desilusión de aquel hombre al que amó durante cuatro años que ha durado el matrimonio.

Soler, instructora de fitness en su país y de 40 años de edad, mostrará a los medios de comunicación el acta de matrimonio con Riveros, así como algunos correos electrónicos donde, según ella, Mauro admitió tener una relación formal con Lis Vega, a quien no pretende dañar, sino sacarla del engaño.