Todos nacemos con pie plano, y no es sino hasta aproximadamente los 7 años y después de los primeros pasos cuando comienza la formación del arco normal del pie; pero esto no siempre sucede, pues por factores hereditarios el pie puede ser plano flexible o, por problemas óseos, ser plano rígido

Aunque ambos se presentan en todas las edades, el primero no se acompaña de graves molestias, pero hay casos en los que es causa de cansancio al realizar actividades físicas o al caminar. Por su parte, el pie plano rígido es doloroso y puede ser una limitante para hacer ejercicios.

¿Quieres conocer algunas alternativas que pueden solucionar esta deformación en el pie? Aquí te decimos algunas que funcionan y otras que no.

Para fortalecer la musculatura del pie plano, camina descalza sobre una línea en puntitas de pie y en talones 10 minutos diarios.

Las actividades físicas son una mejor opción en casos de pie plano. El karate y ballet son las mejores alternativas ya que enseñan a distribuir el peso del cuerpo y a mantener el equilibrio.

Una de las mejores alternativas para formar el pie en los niños, es que camine y juegue descalzo, retrasando el uso de zapatos.

Evita las actividades de impacto, como el voleibol o el fútbol. Si eres deportista, recuerda llevar zapatillas con plantillas que amortigüen los golpes en las piernas.

Los zapatos ortopédicos no son una buena alternativa para el pie plano, Gustavo Cotrina, especialista en ortopedia y traumatología de la Clínica Anglo Americana, señala que estos son innecesarios, incómodos y costosos, además no aceleran el desarrollo del arco.

El uso de las plantillas en niños y adultos no cambia la forma del pie, pero brinda apoyo y comodidad, indica el Children’s Hospital de Chicago.

Recuerda que entre el 10% y 15% de adultos presentan un pie plano flexible, de los cuales el 95% no experimenta dolor o limitación alguna.